Terapias

Hacer las paces con todas las formas de vida implica una verdadera "reevolución". Ya que como humanidad hemos pasado las más duras pruebas colectivas y para cada una hemos sabido crear una revolución específica esperando la paz, la felicidad y la igualdad; y en esa búsqueda, irónicamente hemos llenado capítulos de nuestra historia con revoluciones: la revolución industrial, la revolución femenina, la francesa, la bolchevique, la científica y tantísimas más...  Todas están hechas ya! como las vacunas: una para cada mal y los males parecen inmunes. Solo nos faltaba Una, la "reevolución" que estamos atravesando hace unos años gracias a la energía renovada de la rejilla cristalina de la Tierra. Una revolución que no se hace con guerras ni marchas ni pancartas. Se hace en silencio y de manera individual. Una reevolución interna donde ese Universo que me habita que es Sagrado e inteligente está en perfecta sincronía con la Inteligencia del Gran Arquitecto del Universo, que me habla a través de mis formas, de mi sentir, de mis dolores y a través de mis lágrimas. No para que yo quiera eliminarlas, sino para que yo decida iluminarlas y a través de esa luz poner en orden lo que en algún momento pudo haber sido oscuridad.
 

Este nuevo y más bello ser humano que camina ahora por este Planeta, (pareciera que fuera el mismo de antes - pero no lo es - ) cuenta con una llave maestra que antes sólo estaba al alcance de unos pocos quienes con mucho mérito y a través de arduo y constante trabajo espiritual lograban conectarse con su propia fuente divina.  El vivir una vida saludable y feliz comienza con esa reevolución a partir de la cual no delego a ningún otro ser humano la responsabilidad sobre mi salud porque no es afuera donde habitan mis maestros. "Conócete a ti mismo y conocerás el Universo y los dioses".

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Por mucho tiempo y luego de la invención de las vacunas y los antibióticos de origen químico, muchos seres humanos se habían vuelto inmunes a muchas cosas. Sobre todo se habían vuelto inmunes a tener fé en ellos mismos, inmunes a la inteligencia de su ADN multidimensional y de la energía divina que habita sus cuerpos nunca escucharon hablar. Perdieron tiempo precioso distraídos en cuerpos enfermos retrasando las tareas del alma que van mucho más allá de mantener "pacientemente" mitigados sus dolores físicos y emocionales con pastillas formuladas a título vitalicio. La humanidad había sido ya suficientemente paciente esperando a ser curada de sus males del cuerpo y del alma por otro ser humano. Había delegado el precioso tesoro: el poder de conducirse a sí mismo en salud por el viaje de la vida. Por fortuna, la época de ser un paciente más que tiene toda la vida para seguir enfermo, se acabó, para darle paso a la era del ser CONSCIENTE. Un reevolucionario que convierte su vida en El Arte de cocrear con todos los recursos disponibles de la alquimia Universal, su propia CONCIENCIA DEBIDA.